Cuando llegué a California en marzo de 1918, luego de un largo viaje desde Francia tras huir de los estragos de la guerra, no sospechaba como mi vida cambiaría en cuestión de semanas. Todo sucedió por un golpe de suerte. Me encontraba realizando mis esculturas a pleno medio día, que era como me ganaba la vida, cuando de repente un señor con un fuerte acento inglés y una gran sonrisa se me acerca a preguntar por el precio de una de mis creaciones. Pude entenderlo muy bien porque mi padre era inglés y aprendí hablar el idioma de esa manera. Me preguntó si podía hacer una escultura de un niño junto a su padre me lo dijo en un tono muy triste le pregunte porque estaba así y solo me dijo que tranquilo solo es por mi h… y no me dijo mas nada. Luego después de un rato de silencio le pregunté a su vez cuánto estaba dispuesto a pagar por ello. Al principio no dio respuesta pero luego dijo que estaría dispuesto a darme lo que le pidiera. Así que a la semana siguiente cuando vino por su escultura, aparte de obtener una buena suma de dinero, Chaplin quedó tan inquieto con mi obra que me ofreció ser parte del grupo de asistencia de Arte, en el rodaje de su nueva película “The Kid”.
La película se empezó a rodar dos semanas después de la entrega de la escultura, me presentó con el Director de Arte y los asistentes. Sentí un ambiente muy tranquilo pero a la vez de exigencia ante el producto final. Los integrantes de equipo de rodaje comentaban que él era muy dedicado a su obra y quería que todo saliera a la perfección. Y así fue. El rodaje inició en 1919 y duró aproximadamente 18 meses. Lo más extraño era, que los actores y el grupo de producción obedecía órdenes de Chaplin pero no sabía muy bien cómo iba a terminar la historia o su hilo conductor. Incluso la First National Company, quien patrocinaba la filmación, se dio cuenta de esto y fueron a verificar la realización de la obra y su retraso, y como no vieron nada en concreto fue suspendida para que Chaplin realizara otra película, pero como no funcionó muy bien, la compañía cinematográfica finalmente autorizó reiniciar el rodaje del filme.
Como les decía, Chaplin era un director muy perfeccionista, así que sin importar que yo ejerciera un cargo menor, el trabajo de asistencia fue muy duro. No podía haber el más mínimo error, ya sea de los actores o de la producción. Siempre se trabajaba en las locaciones dos o tres día antes que fueran a rodar en aquel lugar. Algunos elementos de arte no fueron difíciles de conseguir, ya que no se hicieron grandes gastos en decoración, vestuario y montaje, puesto que Chaplin quería reflejar primero, lo que sucedía en Inglaterra de inicios del siglo XX, en donde la diferencia de clases era notable, segundo, la crueldad de los trabajadores sociales de la época y tercero, lo difícil que puede resultar la vida para alguien de pocos recursos. Así que se buscó un vestuario que mostrara el contraste de los personajes de la historia.
Sin embargo, recuerdo mucho lo complejo que fue conseguir los elementos de cocina. Al principio los compramos nuevos y les realizamos unos acabados para que pareciesen viejos y usados, pero a Chaplin no le agradó de a mucho. Cosa que me parecía muy pretencioso de su parte, pero el resto del equipo que ya había trabajado con él, no se atrevía a contradecirlo en alguna cosa. De manera que ir a un barrio de clase baja y comprar los utensilios y losas usados a una anciana que se alegró mucho al recibir dinero de lo que ya no podía tener algún valor para alguien. De esa forma Chaplin le pareció que eran los más indicados y ajustados a la realidad de la película.
La señora se le salía las lágrimas a saber que sus cosas donde nadie creí que tenía valor, alguien si lo veía, Charlie tenía ese don de ver eso que muchos no ven.
La película se empezó a rodar dos semanas después de la entrega de la escultura, me presentó con el Director de Arte y los asistentes. Sentí un ambiente muy tranquilo pero a la vez de exigencia ante el producto final. Los integrantes de equipo de rodaje comentaban que él era muy dedicado a su obra y quería que todo saliera a la perfección. Y así fue. El rodaje inició en 1919 y duró aproximadamente 18 meses. Lo más extraño era, que los actores y el grupo de producción obedecía órdenes de Chaplin pero no sabía muy bien cómo iba a terminar la historia o su hilo conductor. Incluso la First National Company, quien patrocinaba la filmación, se dio cuenta de esto y fueron a verificar la realización de la obra y su retraso, y como no vieron nada en concreto fue suspendida para que Chaplin realizara otra película, pero como no funcionó muy bien, la compañía cinematográfica finalmente autorizó reiniciar el rodaje del filme.
Como les decía, Chaplin era un director muy perfeccionista, así que sin importar que yo ejerciera un cargo menor, el trabajo de asistencia fue muy duro. No podía haber el más mínimo error, ya sea de los actores o de la producción. Siempre se trabajaba en las locaciones dos o tres día antes que fueran a rodar en aquel lugar. Algunos elementos de arte no fueron difíciles de conseguir, ya que no se hicieron grandes gastos en decoración, vestuario y montaje, puesto que Chaplin quería reflejar primero, lo que sucedía en Inglaterra de inicios del siglo XX, en donde la diferencia de clases era notable, segundo, la crueldad de los trabajadores sociales de la época y tercero, lo difícil que puede resultar la vida para alguien de pocos recursos. Así que se buscó un vestuario que mostrara el contraste de los personajes de la historia.
Sin embargo, recuerdo mucho lo complejo que fue conseguir los elementos de cocina. Al principio los compramos nuevos y les realizamos unos acabados para que pareciesen viejos y usados, pero a Chaplin no le agradó de a mucho. Cosa que me parecía muy pretencioso de su parte, pero el resto del equipo que ya había trabajado con él, no se atrevía a contradecirlo en alguna cosa. De manera que ir a un barrio de clase baja y comprar los utensilios y losas usados a una anciana que se alegró mucho al recibir dinero de lo que ya no podía tener algún valor para alguien. De esa forma Chaplin le pareció que eran los más indicados y ajustados a la realidad de la película.
La señora se le salía las lágrimas a saber que sus cosas donde nadie creí que tenía valor, alguien si lo veía, Charlie tenía ese don de ver eso que muchos no ven.
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